Un hombre subía por el camino en dirección a la mina. -Me llamo Juan Fariña, y quiero trabajar en la mina de barretero -le dijo tranquilamente el ciego.
-Quedas aceptado, puedes empezar cuando gustes, dijo el capataz. La diferencia con que era tratado por los jefes y su carácter huraño y retraído le enajenaron las simpatías de sus camaradas, durante aquellas quince horas de ruda faena arrancaba del filón un número de vagonetas superior al mínimo reglamentario. Aquel viejo infatigable, del que se hablaba en voz baja y temerosa, no era sino el Diablo. Dos viejos mineros encargados de vigilar por las noches los corredores de ventilación veían amontonarse el carbón con asombrosa rapidez delante del incógnito y nocturno obrero, cuando de pronto un pedazo arrancado con fuerza del innoble bloque derribó dos trozos de madera de revestimiento apoyados en la pared, los que al caer el uno sobre el otro, formaron por una extraña casualidad una cruz en el húmedo suelo del corredor. Un terrible estallido atronó la bóveda y una ráfaga de aire azotó el rostro de los dos obreros clavados en el sitio por el espanto, desapareciendo súbitamente la infernal visión. De un hombre que tenía pacto con el Diablo no podía esperarse nada bueno. -Cuando yo muera, la mina morirá conmigo -había dicho el misterioso ciego. El nombre de Fariña estaba en todos los labios, y nadie dudó un instante de que fuera el autor de la catástrofe.
-Quedas aceptado, puedes empezar cuando gustes, dijo el capataz. La diferencia con que era tratado por los jefes y su carácter huraño y retraído le enajenaron las simpatías de sus camaradas, durante aquellas quince horas de ruda faena arrancaba del filón un número de vagonetas superior al mínimo reglamentario. Aquel viejo infatigable, del que se hablaba en voz baja y temerosa, no era sino el Diablo. Dos viejos mineros encargados de vigilar por las noches los corredores de ventilación veían amontonarse el carbón con asombrosa rapidez delante del incógnito y nocturno obrero, cuando de pronto un pedazo arrancado con fuerza del innoble bloque derribó dos trozos de madera de revestimiento apoyados en la pared, los que al caer el uno sobre el otro, formaron por una extraña casualidad una cruz en el húmedo suelo del corredor. Un terrible estallido atronó la bóveda y una ráfaga de aire azotó el rostro de los dos obreros clavados en el sitio por el espanto, desapareciendo súbitamente la infernal visión. De un hombre que tenía pacto con el Diablo no podía esperarse nada bueno. -Cuando yo muera, la mina morirá conmigo -había dicho el misterioso ciego. El nombre de Fariña estaba en todos los labios, y nadie dudó un instante de que fuera el autor de la catástrofe.
-Tipo de narrador: omnisciente
-Personajes :
Personaje principal :
Juan Fariña : c.f. Era viejo, ciego,bajo y curco.
-Personajes :
Personaje principal :
Juan Fariña : c.f. Era viejo, ciego,bajo y curco.
c.s. Era muy habil y esforsado
Personajes Secundario:
Mineros: c.f Ellos son viejos e inútiles ya que trabajaron casi toda su vida en la mina.
Personajes Secundario:
Mineros: c.f Ellos son viejos e inútiles ya que trabajaron casi toda su vida en la mina.
c.s Eran leales y con espíritu de compañerismo.
- Ambiente Físico: El interior de la mina.
- Ambiente Psicológico: Mucha tristeza, desastre y preocupación.
- Ambiente Social:
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